Planes Estratégicos de Bienestar

Los planes estratégicos de bienestar nos permiten considerar aquellos aspectos críticos para el bienestar de la ciudadanía y tenerlos en cuenta a la hora de realizar planificaciones estratégicas.

En 1946, la Organización Mundial de la Salud definió la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. En esta línea, entendemos el bienestar no solo como ausencia de malestar sino un estado, entendido en el largo plazo, en el que nos orientamos a obtener significado de la propia vida y a encontrar nuestro lugar en el mundo.

Gran parte de nuestro bienestar depende del contexto social y desde las Administraciones Públicas se tiene capacidad para poner en marcha actuaciones que nos ayuden a mejorar el bienestar de la ciudadanía. Porque cuanto mejor se encuentren las vecinas y los vecinos, mejor entorno vamos a ser.

Los Planes Estratégicos de Bienestar pueden desarrollarse de forma coordinada con otras planificaciones estratégicas con el fin de ser eficientes con los recursos y evitar el duplicar esfuerzos. Los planes de bienestar se articulan en dos fases:

• Diagnóstico del bienestar de la ciudadanía y del contexto mediante métodos cuantitativos y cualitativos.
• Definición de la estrategia y plan de acción. Se identifican los objetivos a conseguir, las opciones, las actividades y su gobernanza.

El resultado del proceso se plasma en un Plan Estratégico de Bienestar que incluye las actividades para la mejora del bienestar. Cuanto más participado e inclusivo sea el Plan, mayores sus garantías de éxito. Nuestros planes no quieren ser meros documentos, sino que están dirigidos a desarrollar procesos de transformación que ayuden a que las personas y las organizaciones vivan mejor.